29 abr 2009

Escena 2




-¿y qué Fer?
-Quihubo,viejo
-¿Y tu amigo?
-Es jorge, un amigo de Teodula la Mexicana
-Quihubo
-¿Qué van a beber?
-Lo mismo que tu pa´ acompañarte
-Entonces, Tres Esquinas.
-Gracias
-Lo extrañabas por allá.
-¿Cómo?
-Que en esa nevera a la que te fuiste a vivir no conseigues este ron
-Hooombe, claro. Es algo de lo mucho que se extraña al principio y después se borra de la piel, como el agua de mar se te quita cuando te bañas.
-¿Y a qué te dedicas ahora?
-A recoger unas cosas que todavía me quedan por acá
-O sea que no piensas dejar nada que te obligue a volver.
-Los recuerdos, eso jala. Y es suficiente.
-Cuéntame de Teódula
-Cuenta tú, Jorge, que sabes más de ella.
-Pero ¿qué?
-No sé, de sus andanzas.
-Lo último que supe me lo contó Ixca
-¿..?
-Aún sigue recordando a Celedonio, pero ahora anda con tapaboca para que no le peguen eso de la gripa que anda por ahí.
-¿Y las joyas?
-Pos sí, con tanto traqueto y tanta inseguiridad no se las deja ver.
-Mexico y Colombia cada vez se parecen más
-Si. México se perece a todos nosotros.

Foto tomada de: http://www.elespectador.com/

23 abr 2009

Escenas




“Claro que se amontonan las cosas y como pasa mucho de lo mismo no es fácil saber qué ha sido lo diferente. Así entre excesos y manías la brújula de la intuición no sirve para entender el paisaje. Obama, la más reciente de las manías, lleva a curiosear sobre la cumbre de las Américas, ese racimo de presidentes que ha dado este lado de la tierra. A falta de habilidad para encontrar canales de televisión que emitieran el encuentro directo, se dijo: ‘ ya me enteraré por los columnistas críticos que comentan la política mundial’. Pero lo mareó la abrumadora cantidad de información de que se dispone ahora para todo. Un escalofrío cósmico de esos que hace saltar el parpado del ojo izquierdo lo confrontó con la tal economía de la atención en los medios de comunicación hoy. Eso que Bree Nordenson llamó “Overload”. La saturación que encierran tanta noticia simultáneamente y tanto blog y tanto twitter. Se quitó de la mesa del PC para entregarse a la pasividad del cine por DVD. Puso a correr la película Camorra sobre la mafia napolitana basada en el primer libro de Roberto Saviano. Era uno de esos días en que buscaba acción entre las cuatro paredes. Y para eso, nada como rescatar el típico best seller que le regaló alguien que cree en libros interesantes por el riesgo que asume el periodista que difunde los secretos de estos grupos y luego debe esconderse de quines lo acusan de sapo, antes de que actúen contra él. Ver la película para saltarse el libro es la manera de llegar a él si es buena. Pero fue un fiazco, el mérito de la película está fuera de la pantalla: se trata de actores naturales, en los mismo barrios en los que crece silvestre la corrupción y demás alimañas, etc. ‘Pero la verdad’, dijo en voz alta mientras terminaba de verla ‘ es mas divertida la política italiana con su primer ministro Il cavallieri convertido en una vergüenza mundial, ante el manejo que ha dado a los terremotos de su país’.

Ensanchar los pulmones, un café, recapitular sus ideas para darse más ánimo No había campo para nada más en su cabeza. Recorrer la calle fue la alternativa ante la inminente derrota del ánimo, ese era el mejor escenario ‘estar fuera de las 4 paredes’. Midiendo los pasos recordó la ironía de Bastenier. “Contra Bush los bolivarianos vivían mejor” Los escépticos sólo notan un borrón y cuenta nueva en el tablero de las relaciones entre Washington y la región. Otros notan un aire nuevo en la manera de pensar las relaciones, siempre y cuando no se continúe atribuyendo el caos latinoamericano a los victimarios de siempre, España y EE.UU. El libro que Chávez entregó a Obama deja pocas esperanzas.

En fin.

Dobló la esquina que lo llevó a la cafetería. ¡Tan! El mismo despiste e indiferencia con que paseó la mirada por la concurrencia provocó lo que faltaba, apareció el mas presumido de los coleccionistas que ha conocido. Caber, así se llamaba, le habló de una nueva Historia del jazz, premiada, y otro libro sobre Blues, del mismo autor. Se los dejó ver, venían aún en el sobre con el sello adherido de Amazon, recién abierto. Le copió el link al mismo tiempo que alardeaba de ser el primero en descubrir las joyas que lo acompañarían. Regresó corriendo a su apartamento, se agachó a servirse agua del jarrón que tiene al lado de su mesa y como el vaso estaba probablemente con polvo, lo enjuagó con una porción de agua, que luego botó en la matera del lado izquierdo de la ventana. Al abrir la llave, por alguna extraña razón escuchó un sonido extraño, que no era un quejido, pero se le parecía. Se puso a escribir y dejó este archivo para que alguien lo colgara en la red”

Estaba mal impreso en papel de formas continuas que a veces se encuentran bajo las mesas en el Café de Moncho.

Imagen tomada de:
http://www.designobserver.com/archives/entry.html?id=15978