9 ago 2007

Jueves


Con la escritura se adquiere una continuidad al gusto de cada quien. Uno determina en el texto a qué velocidad fluye y cómo. Al menos allí está la velocidad en que le gustaría fluir. Es decir, la manera como uno da de si mismo.

Eso sentí hoy.
(Foto de un atardecer cartagenero)

1 comentario:

ricardo flores dijo...

Es lo que le llaman "la voz propia", una cadencia, una manera de respirar o de caminar hacia ninguna parte. Quizás la tuya tenga que ver con ese atardecer de Cartagena.
Saludos,
RF