30 dic 2009

2010





Y claro, ustedes dirán que la historia del arbol que da dinero y joyas, es mucho de esa ficción de niños que gustan de  alienígenas, y que por eso mejor las historias que se cuentan de los simples mortales que se mienten ante sus contradicciones . Por eso quiero terminar contando en este blog de respiración tan irregular, en el mundo regular de los blog periódicos, que los simples mortales hoy escriben un poema que promueven en Twitter, ese nuevo lenguaje de Internet que amenaza con dejar rezagados a los blogs y todo lo que hasta ahora existe. Es un poema que crece todos lo días, que se nutre de los comentarios que se hacen en twitter. Ya es el poema más largo de la historia. (Es un programa el que escoge las palabras)

Así termina el 2009, absolutamente irreal. El próximo año espero, como ustedes, cambios en este blog antes de que perezca por lento.(No sé como se notará el cambio de una década a otra pero intentaré que se note)    

24 dic 2009

Dulce Navidad





Hay que ser tralfamadoriano para no recibir toda la energía que se produce en la NAVIDAD. Cerca a ese planeta al que se trasladaba Billy Pilgrim cuando la guerra no lo dejaba vivir, había otro con árboles que producían dinero, mejor dicho, las hojas eran billetes de 20 dólares, las flores eran bonos del gobierno y los frutos eran diamantes. (La gente se mataba por abonarlos) No sé porqué razón este 2009 vi algunos árboles de Navidad convertidos a la fuerza en árboles de ese planeta lejano.

Feliz Navidad a los caminates de estas calles 

5 nov 2009

Ensortijado


Dos o tres pasos adentro y el salón de arte descompone todo, "al principio la mirada". Sonrió, como preparándose para el juego. Sabía, dijo, que la mirada del siglo pasado la había domesticado el cine. Pero callé, para no tener que concentrarme en lo abstracto de una conversación, sino en lo visual, así que seguimos el recorrido del color y las preguntas en un amplio galpón que concentraba algo así como 250 artistas colgados por medio centenar de galerías de América Latina y España. Invitación sensorial que exige concentración, para pasar de los consagrados –Bernardo Salcedo, Siglo XXI o La putita de Fernando Botero- a los menos y a los que nunca serán.

Los colores no sirven de orientación, alcanzó decir cuando tropezamos ante la puerta improvisada de la galería de Faría Fábregas disfrutando de una obra hecha en brea y acero: Forma orgánica fundida de Miler Lagos. El objeto que se disuelve como el tiempo, perdido en la inconciencia, concientemente trabajado por el artista. Y claro, lo de siempre, acaba uno viendo lo que entiende, y por eso, las líneas del pentagrama que en mi cabeza tienen la clave de Sol, que comienzan en Mi y llegan a Fa; o la de Fa que inicia en Sol y acaba en La, pierden los signos y su dureza, se descomponen y se hacen suaves, se curvan para arriba y para abajo y ellas mismas sin notas parecen notas indicadas por los cabellos de algún familiar querido de Gabriel de la Mora, ese artista mexicano que atrapó la atención de este caminante desorientado. El pentagrama que adquiere la forma de cabellos en distintos lugares musicales dependiendo de la genealogía familiar, del cariño, o del sueño de cada cabeza. Después, no hubo necesidad de encontrar la salida.

Imagen tomada de http://www.analitica.com/va/arte/actualidad/exp/6800160.asp

21 oct 2009

Ruidos


Desde el segundo piso de la casa podía escucharse todo a la una y media de la tarde, después del almuerzo, cuando se dormía la siesta debajo de los abanicos de techo chinos que espantaban a medias el calor. El golpe fuerte y repetido de una bola de caucho cortaba el silencio mientras abría y cerraba las manos para atraparla y lanzarla contra la pared desde el marco de la puerta que del comedor lleva a la cocina a unos tres metros, la misma que pone limite al pasillo que conduce al reducido patio con espacio apenas para un palo de mango. El juego duraba lo que demoraba un equipo de béisbol en ganarle al otro, con la alegría de saber de antemano el ganador, que siempre era el suyo.

En la mañana había gastado el tiempo buscando entre cajones de las mesas de noche algo con significado, un sentido que imaginaba igual al que una abuela daría al encuentro de un botón perdido que arrastra la historia de los tres años que lleva colgado un vestido en el armario, después de revivir sin afán los días que se lo puso. Pasa la mañana como por un túnel reflejado en un cajón desordenado donde la madre guarda todo y puede encontrarse cualquier cosa, incluso la felicidad, y aparecía la tarde de caucho que va y regresa lanzada de golpe en golpe, con un deseo, ta!, el fastidio, la esperanza y la rabia, ta!,ta!, hasta que la pelota cae de sus manos en ese juego de vacaciones en ninguna parte que se hacían eternas, cuando se espera tanto de la vida, se escucha a otros decir tanto de lo sucedido y un olor a puerto atraviesa por el pasillo.

14 oct 2009

Cartagena,Montevideo,Buenos Aires y Santa María




A los amigos que me quedan en Cartagena, porque aún sea cierto el corralito de piedra. Y a los que me regaló Onetti.

Escrito en una trastienda

En todos los puertos del mundo
descansa la noche
sobre los navíos oscuros
y reza su rosario de lunas
el viejo lobo curtido y silencioso.
Palomas de las músicas vagabundas
picotean los fanales encendidos.
Tu recuerdo ha hecho hueco en mi mano sin luz.
Ah, llegar a tu cabellera rubia como a un puerto final.

Atracan los astros
y detrás de los grandes murallones de sombras
luces multicolores se roban las miradas
y las estrellas son afónicas
como la voz de la violinista tuberculosa
cuya tos en el bar es obligatoria.
El alcohol anda en zancos y las mujeres canallas
Pasean su olor a polvo y su cansancio.
En todos los puertos del mundo
hay alguien que está esperando.
Hasta muy cerca de los navíos
salen los patios
y entran por los oídos de los marinos.
Un sabor dulce, un amargo sabor.
En todos los puertos del mundo
hay vagabundos como yo
que asoman al asombro lejano
el corazón, como un barquito en la mano.
Hay una calle, larga borrachera,
pedazos de noche dispersada
y cuando llega el alba roja y con su clarín
revuela pájaros alucinados,
en todos los puertos del mundo
hay alguien que está esperando.


Raul Gonzales Tuñón 1905-1974

Imagen: Edward Hopper, NightShadows

25 sept 2009

Apareció



Andaba perdido entre cajas de la Biblioteca del Congreso de EE.UU y apareció hace poco. A los melómanos silenciosos que pasan por acá les dejo el link para bajarlo completo: http://www.mediafire.com/?edk1dgrmiye

18 sept 2009

La reina de la noche



Hay una mujer que atraviesa la calle. Siempre hay una mujer sola que pasa la calle en una noche oscura, avisos de neón, cuando escucho buen Jazz. Algo de ese resplandor del poema anterior.

Encandilado aún por las luces recurro a veces al canon fijado en la tradición crítica, que usualmente pontifica los momentos de perfección en el arte. Esos que con el trabajo creativo, con la imaginación, moldean la naturaleza a su gusto. Los ejemplos de esos momentos de perfección son muchos. En este instante me vienen a la mente dos. Creo que para la mayoría de los artistas vocales la Ópera es la máxima expresión de emoción y de exigencia vocal. Y ella tuvo su época gloriosa, que no es la actual. Es una estructura hecha para que se luzcan quienes dominan la voz. No hay nada más perfecto. En el Jazz, que es el otro caso, con una historia tan enredada, los grande quintetos de finales de los 50 y comienzos de lo sesenta fueron tan rítmicamente irrefutables y compactos que parecen el número ideal para que los músicos toquen simultáneamente juntos y separados.Y cada uno tiene su minuto para la gloria. Lo digo porque en estos días cayó en mis manos como si la escuchara, la historia atonal de alguien que representa, a diferencia de los dos anteriores, un momento límite del arte. Por lo exigente, pues el artista se compaña sólo a él mismo. Hablo del solista. De la soledad de Cecil Taylor en el piano, la soledad de Nueva York. “Él es Nueva York”, conocedor del instrumento que mayor grado de libertad le permitia. Tanto así que el público casi no acepta escucharlo, por ser algo tan absolutamente personal. Música llevada al limite como se cuenta en una de las mejores paginas de literatura y Jazz. ¿Cómo llamar a eso? No sé, propongo darle algún nombre en español a este nuevo objeto de arte. A mi no se me ocurre ninguno. Lo leí y no pude creer que alguien se me hhubiera adelantado. Cesar Aira, curiosamente -pura coincidencia, lo juro- escribió este texto que inicia con una mujer que cruza una calle... y a partir de allí Aira yacea –o jazzea- con Cecil Taylor hasta terminar en el centro del canon jazzistico literario para luego afirmar: “bien podría decirse que es el mejor músico del siglo XX” . Música para los que se atreven a sospechar de lo que les gusta.

Sólo pocas veces la que pasa la calle va desayunar en Tiffany, ni se parece a Holly Golightly, porque ella quizá llegaba allí en limusina. No sé. Para mi gusto Aira es de los mejores escritores vivos en español. Cecil mismo pidió que se lo tradujeran al inglés para leerlo.


Foto de Dorian Leigh, Harper’s Bazaar, 1948 © Lillian Bassman

14 sept 2009

Del último latinoamericano

LA COMPAÑÍA DEL CAMINO
A Ricardo Pascoe

Lo que hemos amado cambia. A veces
nuestros ojos ya no ven el replandor,
pero el resplandor sigue allí. Sabemos
que ni las palabras ni los trabajos que
nos desgastan cotidianamente podrán servirnos
para seguir adelante, cuando las bellas viajeras
se han ido, y si miramos los días
sólo veremos manchas dejando una estela
de vacío en los párpados del que tiene sueño.
Y no es hora de pensar, por ejemplo, en los
que se levantan a las 5 de la mañana
para ser explotados en las fábricas, sino
en que también los compañeros se han sentido solos.
Todos amamos, en los dormitorios de todos
está pintada la ignorancia, nuestra oscuridad
que balbucea y gruñe, nuestra luz inmóvil que habla
en sueños. Afuera de nuestras zonas llueve
y también el alma del que está triste,
y no encontramos aún la manera de unir los dos bosques.
Los dos bosques llenos de movimiento.
El amor y su ausencia nos hacen ver todas
las aventuras desde una ventana increíblemente
alta, casi al final de un rascacielos de pequeñas
cositas tibias que se van helando en la memoria.
Es bueno que ese edificio exista, y es bueno
mirar por esa ventana confundidos entre
nuestra tristeza personal y el vértigo.
Pero los museos suelen ser horribles
y poco compatibles con las bellas viajeras.
Nada tenemos, todo se acaba. Cuántos amigos
les han dicho eso a sus amigos una tarde cualquiera.
Pero yo sólo tengo estos versos. Nada queda sino
nuestra ternura. Ese incendio gratuito: una forma
de morir en un universo que no muere nunca (a ver
si lo entiendes). Sabemos que las palabras pueden
ser cambiadas, tampoco es la memoria una hilera
de pinturas viejas. El amor, y su ausencia, a veces
más amorosa que el amor mismo, nos devuelve nuestros
cuerpos. Lo que hemos querido tanto sólo cambia,
el resplandor continúa, también nosotros
debemos cambiar y continuar, como los pájaros
en los vientos del Norte y del Sur.
Nada queda, pero tal vez nuestra ternura ya estaba allí,
antes que la ilusión del vacío, tal vez nuestras
contradicciones son como lunas en el final
de la noche, tal vez la bella viajera no está
muy lejos todavía, y si corres la alcanzas,
desesperada, alegremente, un minuto o unos días
o una estación completa del año, compartir
con ella libremente el camino, sin que haya
muerte en este poema para ti, ni en ti, ni en ella.

Barcelona, agosto 1978

Roberto Bolaño

4 sept 2009

Volpi, Latinoamerica y Bariloche, en marcha.



Las distancias entre literatura y televisión marchan al tiempo con la polarización política. Cada vez más agua y aceite, pero con el daño que le hace el uno al otro. Los personajes son los mismos. Volpi los presenta por estos días en su último libro, El insomnio de Bolivar, un escritor que ha cumplido con sus lectores pero que en esta ocasión se quedó en promesa. En la pantalla pasaba, mientras terminaba de leerlo, la reunión de Unasur. América Latina representada por sus presidenteas, como si ellos resumieran los pueblos. Nada más mentiroso. Por eso, reconforta la crítica del mexicano al realismo mágico, el lugar común de la literatura hoy y su paulatina mutación en realismo trágico de violencia narco. Brillante su desconfianza en los fantasmas del nacionalismo literario, (¿literatura colombiana?), su énfasis en el desmoronamiento de socialismo real y el descredito de las utopías. Junto con la comercialización de realismo mágico desapareció el metarrelato revolucionario que encarnaba la Cuba de Castro, la narrativa marxista que hizo de la literatura latinoamericana la vanguardia estética del combate político por la emancipación continental. Se bajó del pedestal la estatua del mito latinoamericano creado por el boom: el intelecual latinoamericano.

Ante este despliegue de crítica sensata, y cuando uno espera lo mejor, Volpi llega a un mismo llanito: el lugar común de que acá todo es igual, sin alumbrar los matices y la gradualidad de las políticas. Por citar sólo a Chile y sus avances frente a la pobreza. Esa sensación de simple lector que no tiene salida porque nuestros males parecen ser los mismos por los siglos de los siglos…

Pero no es así. En aparente contradicción con su discurso (quizá por ser ensayos escritos en distintos momentos), el escritor muestra vestigios de algunos cambios. América Latina se desbarata en la lógica actual. México está más unido a EE.UU y Canada como se plasma en tratados internacionales. Su política antimigratoria con los centroamericanos la envidiarían los halcones gringos, por lo cruel. En lo cultural América Latina está cada vez menos unida y sus lazos son cada vez menos importantes y fuertes que en otra época. El internet difunde información que poco hace por sur América e islas del caribe, que seria una manera geografica de entender lo latinoamericano. De los 11.000 mil libros de literatura al año que producen estos paises pocos circulan dentro de ellos. Si acaso America Latina existe México dejó de formar parte de ella hace mucho tiempo; de esa identidad que dio el boom literario.

A la mayoría sólo le queda la televisión. El reality show de Unasur y sus disputas. Seguir ofendiéndose sin tener políticas comunes. Al mismo Lula se le notó el disgusto por terminar una reunión de 7 horas con un acuerdo gaseoso. El orden de la reunión debió ser inverso: pelear primero y luego acordar. No lo hicieron así. El acta final la elaboraron como quien dicta párrafos de una carta a su secretaria para disculparse en público de algo. Mira, agrégale - decia Uribe, ponle -gritaba Correa. Si, una colcha de retazos donde finalmente nada es claro. Cada uno interpreta qué es terrorismo, qué es narcotráfico, es decir, cada uno seguirá haciendo lo que le de la gana mientras Europa , EEUU- México y Canada se organizan. ¿Cuál unidad latinoamericana? En un momento en que hay 2200 personas presas en Venezuela por protestar y no se cuantos secuestrados por las Farc en un país que quiere la paz hace mucho tiempo, que eligió un general que ahora se siente emperador, ¿Cuál?

Muchos marcharemos hoy contra todo eso, sin saber aún a dónde vamos.

25 ago 2009

Los montes de María



Ya quisiera dejar este estilo denso arrumado en el rincón de las cosas inservibles, pero es inevitable usarlo a veces para entrar en honduras, aunque se desdibuje lo natural, lo simple y directo que golpea de entrada, deslumbra en principio, pero que sólo excepcionalmente permanece bello. Lo denso,en cambio obliga a despojar poco a poco las capas de lo que se dice; puede aburrir por no ser fácil, ni placentero al comienzo, pero avanzando se llega a esa segunda piel ligada a la primera, entonces el goce es mayor, o peor. No se sabe. Por eso, y volviendo a lo de la música antigua, cuento una anécdota para ser menos abstracto. Hace tiempos ya, la primera música que se escuchaba en las tierras de las sabanas de Bolívar y Sucre, al norte de Colombia, era la que regalaba el canario enjaulado Allá donde los campesinos acostumbraban despertar con los pies descalzos en la tierra, adelantados a la madrugada, al son de pájaros amarillos en cárceles rudimentarias con barrotes de alambre dulce, el pocillo del agua y el alpiste. Antes que la tecnología se posara a incomodar entre el hombre y la naturaleza, antes del radio, la voz más bella era naturaleza enjaulada; el canto del mochuelo, belleza que cuesta y duele, vibración y anhelo de libertad. Quienes cantan hoy esforzándose por lo sublime, añoran algo que sólo se percibe en la buena música. Eso que está en una aria de Kathleen Kuhlmann, en una canción de Bebe, extrema y dura, o en una abarca de tres puntá de campesinos en los Montes de María. Las diferencias técnicas, vocales y las variantes musicales agregan, matizan o ensombrecen. Pero es el mismo sentimiento en sus distintas formas.Creo.


Imagen: Orlando Di Lasso, compositor y cantante.

20 ago 2009

En do menor




Unos amigos me invitaron a una tertulia de música antigua, una afición oculta que apenas ahora empiezo a entender.La conversación se detuvo un buen rato sobre lo sublime que habita allí donde hay un sentido de lo asombroso, de reverencia, respeto, misterio e incluso temor que es propio de los mas grandes realizaciones artísticas de la humanidad. Lo sublime garantiza que el trabajo artístico transporte y lleve al embelesamiento a quien lo percibe. Kant, por ejemplo, decía que la melancolía era la llave de lo sublime. Esta idea la he venido utilizando para desenredar el significado histórico que tienen los mas preciados tesoros musicales, el significado que tienen para nosotros hoy, en pleno siglo XXI la música que se escribió hace 700 años. Se trata de caminos complementarios hacia etapas más avanzadas en la comprensión de nosotros. Unir dos deseos de los amantes de la música: lo novedoso, presente en todos los tiempos, y el deseo por escapar de hoy. Sin que supiéramos cómo todos nos percatamos que aquello que no se ha escuchado es nuevo aunque tenga 500 años. Y que la vida de cualquier interpretación es la creatividad de quienes interpretan una pieza musical; la manera como ella responde –místicamente- al espíritu de una época. Preguntárse permanentemente de qué manera la música responde a lo que pasa hoy. Por eso son imposibles los anticuarios musicales. Es decir, un grupo no puede hacer de la música un ejercicio histórico, una representación histórica. No pude copiarse la manera como la gente cantaba antes. Lo importante, en últimas, -y esto lo tomo de un importante simposisio sobre música antigua realizado en Berkeley-, no es lograr la verosimilitud histórica (una forma correcta de cantar, virtud que se le exige al estudiante) sino dar lo que se le exige al artista. En vez de intentar lo imposible de ser cada ves más y más autentico, es necesario lograr una interpretación en la que salga lo auténtico que hay dentro de nosotros. Y eso no está en las partituras, eso se ejercita, es imposible de plagiar, eso solo se logra si hay un sentido musical compartido, y eso exige muchísimo trabajo personal y en grupo.


Moncho, que estaba conmigo, se molestó, por lo largo de mi intervención, y me dijo sin parpadear: “No hables, / mira cómo las cosas a tu alrededor se pudren. / Confía solo en los niños y los animales / y de los ancianos aprende el miedo de haber vivido demasiado. / A tus contemporáneos pregunta sólo cosas prácticas / y comparte con ellos tus fracasos, tus enfermedades, /tus angustias, pero nunca tus éxitos. /De tus hermanos ama el que está lejos /y teme al que vive cerca. / A tus padres nunca preguntes por su pasado /ni trates de aclarar con ellos tu niñez y juventud. / Con tu patrón no hables, escríbele y nunca le cuentes / tus planes futuros y miéntele respecto a tu pasado. / Ama a tu mujer hasta donde ella lo permita y / si llegas a tener hijos, piensa que, como en los / juegos de azar, podrás ganar o perder. / El destino no existe, eres tú tu destino. / Y si llegas a la vejez / da gracias al cielo por haber vivido largo tiempo, / pero implora con resignación por tu pronta muerte. / Los que no tenemos dinero ni poder / valemos menos que un caballo, un perro, / un pájaro o una luna llena. / Los que no tenemos dinero ni poder / siempre hemos callado para poder vivir largos años. / Los que no tenemos dinero ni poder / llegado a los cuarenta debemos vivir en silencio / en absoluta soledad. / Así lo entendieron los antiguos, / así los certifica el presente. / Quien no pudo cambiar su país / antes de cumplir la cuarta década, está condenado / a pagar su cobardía por el resto de sus días. / Los héroes siempre murieron jóvenes, / no te cuentes, entre ellos, / y termina tus días / haciendo el cínico papel de un hombre sabio”. Cuando terminó acotó que el poema era de Harold Alvarado Tenorio, el poeta mas temido de Colombia.Uno de los mejores. Luego nos fuimos sin saber qué había pasado finalmente. Esquivando la noche.

9 ago 2009

En defensa del anonimato



No sé por qué escribimos, querido George.
Y a veces me pregunto por qué más tarde
publicamos lo escrito. Es decir, lanzamos
una botella al mar, harto y repleto
de basura y botellas con mensajes.
Nunca sabremos
a quién ni adónde la llevarán las mareas.
Lo más probablees que sucumba en la tempestad y el abismo.

Sin embargo, no es tan inútil esta mueca de náufrago.
Porque un domingo
usted me llama de Estes Park, Colorado,
me dice que ha leído cuanto está en la botella
(a través de los mares: nuestras dos lenguas)
y quiere hacerme una entrevista.
Después recibo un telegrama inmenso
(lo que se habrá gastado usted al enviarlo).
En vez de responderle o dejarlo en silencio
se me ocurrieron estos versos. No es un poema,
no aspira al privilegio de la poesía
(no es voluntaria).
Y voy a usar, así lo hacían los antiguos,
el verso como instrumento de todo aquello
(relato, carta, drama, historia, manual agrícola)
que hoy decimos en prosa.

Para empezar a no responderle,
no tengo nada que añadir a lo que está en mis poemas,
dejo a otros el comentario, no me preocupa
(si alguno tengo) mi lugar en la historia.
(Tarde o temprano a todos nos espera el naufragio.)
Escribo y eso es todo. Escribo: doy la mitad del poema.
Poesía no es signos negros en la página blanca.
Llamo poesía a ese lugar del encuentro
con la experiencia ajena. El lector, la lectora
harán o no el poema que tan sólo he esbozado.

No leemos a otros: nos leemos en ellos.
Me parece un milagro
que algún desconocido pueda verse en mi espejo.
Si hay un mérito en esto –dijo Pessoa—
corresponde a los versos, no al autor de los versos.
Si de casualidad es un gran poeta
dejará cuatro o cinco poemas válidos,
rodeados de fracasos y borradores.
Sus opiniones personalesson de verdad muy poco interesantes.

Extraño el mundo el nuestro: cada día
le interesan cada vez más los poetas;
la poesía cada vez menos.
El poeta dejó de ser la voz de la tribu,
aquel que habla por quienes no hablan.
Se ha vuelto más otro entertainer.
Sus borracheras, sus fornicaciones, su historia clínica,
sus alianzas o pleitos con los demás payasos del circo,
tiene asegurado el amplio público
a quien ya no hace falta leer poemas.

Sigo pensando
que es otra cosa la poesía:
una forma de amor que sólo existe en silencio,
en un pacto secreto entre dos personas,
de dos desconocidos casi siempre.
acaso leyó usted que Juan Ramón Jiménez
pensó hace mucho tiempo en editar una revista.
Iba a llamarse “Anonimato”.
Publicaría no firmas sino poemas;
se haría con poemas, no con poetas.
Y yo quisiera como el maestro español
que la poesía fuese anónima ya que es colectiva
(a eso tienden mis versos y mis versiones).
Posiblemente usted me dará la razón.
Usted que me ha leído y no me conoce.
No nos veremos nunca pero somos amigos.
Si le gustaron mis versos
qué más da que sean míos/ de otros/ de nadie.
En realidad los poemas que leyó son de usted:
Usted, su autor, que los inventa al leerlos.

De José Emilio Pacheco
Foto: http://casasolamuseum.com/casasola%2005.jpg

3 ago 2009

El pulpo, la araña, tu sabana grande…



Caminando por Caracas la gente me saludaba y andaba, silbaba y cantaba Moncho, mi amigo, con algo de esa melancolía de Piero, quizá añorando esa ciudad antes tranquila que hoy apenas puede revivir, me dice, en el blog Caracas chronicle.

Luego de dos tintos en una mesa coja, cuando la charla ya se había enredado en ese ir y venir de las conversaciones, puntualizó: Está bien, no discutamos si será un abrazo del oso la ceremonia de entrega del prestigioso premio de literatura Rómulo Gallego, ¿Por qué lo dices? le pregunté. Porque creo que los premios los hacen los premiados. Mira esto -y sacó de su maletín una revista y la puso entre los dos para ir llevando con el índice la velocidad con que leía: “Si el lector quiere adormecerse en una melopea de palabras bonitas y soñar con mundos perdidos, estará en su elemento. Por el contrario, el que busque una historia llena de suspense o una interpretación de la realidad surgida de la reflexión intelectual, saldrá de esta selva bastante desencantado”. Se refería a la novela El Pais de la canela de William Ospeina. Voltié las revista para saber dónde había sido publicada la reseña. Es la Malpensante, escrita por Luis H Aristizabal. Me dijo enseguida. En el último número, el 99, y se titula “¿Es esto una novela?”.

Era la misma impresión que siempre he tenido de los textos de William Ospina. Leí el final: “Por mi parte esta reseña – del País de la Canela-, vale para Ursua y para el (libro) que todavía no está escrito”. Hoy enterándome de la tragedia política que nos envuelve no me asombra lo que dijo Ospina al recibir el premio, y que anticipó Aristizabal, de lo bonito que es el español y deplorar la conquista en el mismo idioma de los conquistadores, enriquecido por 500 años de vida en América. ¡¡Vea usté!!


Imagen de Rómulo Gallegos Tomada de: http://www.latinamericanstudies.org/venezuela/romulo-gallegos.jpg

24 jul 2009

De la isla a la peninsula, pero se enseña en Paris

Hubo un tiempo en que este baile hacia parte de la sesión solemne de colegios en Cartagena. Verlo aquí encarnado en Concha me asombra porque el baile ha crecido y se recrea con los años. En escena Concha Castillo directora artística y profesora de varias academias en New York, Alemania y EEUU. Ha trabajado con Javier Cruz en la escuela de Manolo Marin, con Maurice Béjart y con Antonio Saura

24 jun 2009

Entre lo prohibido y lo obligatorio




Caminar por la Avenida Miramar en Manga es bordear el costado norte de la bahía de Cartagena. Un buen rato para sentarse a mirar lo flecos de luz que en las tardes se filtran por entre las nubes. Para imaginar mundos al otro lado del horizonte, empezando por esa tierra rodeada de agua y de silencio desde donde escribe, en el barrio Miramar de La Habana, Wendy, Wendy Guerra. La coincidencia en los nombres y el inesperado encuentro con su primer libro impulsan estas líneas y el deseo de que en un próximo viaje pueda mirar de allá para acá las pocas cosas que a uno le han sucedido; con las que uno quisiera volver a encontrarse para que se hagan piedra y mar las formas del sueño voluntario de la literatura. Encontrarse con Nieve en la Habana, el personaje que se escapa en fotocopias secretas de mano en mano porque Fidel no la publica. Decirle que su voz se escucha desde mi Avenida Miramar y que no se vaya. Que es imposible dejar de escribir lo que a uno le duele…

“Supe bien, lo supe definitivamente y para siempre, que no podía caerme en la calle: nadie respondería por mi. Soy fuerte porque estoy sola” . Imposible detener su magia y dejar de sentir ese hermoso diario: Todos se van. El exilio también puede vivirse allí donde se nace. Al menos eso siente Nieve o Wendy y muchos otros cubanos.


Imagen tomada de:www.piedepagina.com

11 jun 2009

Se queda


Se fue quien nos dejó esto:

“Creer en el mundo externo, en la existencia del prójimo, en ciertas regularidades, creer que de algún modo somos únicos, confiar en determinadas informaciones, corresponde no tanto a una sabiduría adquirida o a un conjunto de conocimientos, sino más bien a lo que Santayana llamaba la fe animal, aquella que nos orienta sin demostraciones o razonamientos, aquella que, sin garantizarnos nada, nos separa de la demencia y nos restituye a la vida”

En reconocimiento al escritor Alejandro Rossi. Texto de su libro Manual del distraido. Falleció la noche del pasado viernes 6 de junio.

Imagen del artista José Guadalupe Posada

3 jun 2009

Suena





Así suena Cartagena desde su primera emisora universitaria. Por momentos se escuchan al fondo las palmeras, el mar furioso y el tiburón, si te bañas te salpica...

http://190.26.217.140/udecradio/Emisora.html

La imagen una pintura del inolvidable Juan Horrillo -cartagenero por adopción- llamada Cero en matemáticas.

18 may 2009

Escena 3



Entre las muchas músicas que tiene hoy la calle está la que hizo Manu Chao que me parece ambigua en su dureza y cínica como casi todo lo urbano. En este caso se trata de uno de tantos personajes de la calle. Bella la manera como suena y se muestra en este video. Y una manera de refugiarse en plena calle fue tocar con los nudillos el vidrio de la puerta para que abriera el ayudante de la dueña, quien accionó la llave que se mantiene colgada del otro lado. En el pasillo más estrecho de esa librería en la que debe uno pelearse el espacio con los libros, en la esquina que se acostumbran a exhibir lo mas reciente, encontré un libro de la italiana especialista en literatura intima Cristina Secci. Ojeándolo mientras daba saltos por entre sus páginas en el Café de Moncho que atravesé por el camino de regreso, encontré que para la autora la imagen preferida del Diario de Frida Khalo es el dibujo en el que cambia su cabeza por una paloma, y a manera de leyenda o pie de ilustración, recuerda: “Se equivocó la paloma” el popular y musical poema de Rafael Alberti. Eso emociona porque siempre es bello saber por qué a alguien le gusta algo. Sobre todo si tiene recursos para decirlo. El gesto inevitable de afirmar qué es lo mejor de un artista.“Cuando Frida sufre quita el color, quita su rostro, que son los elementos de su trabajo. Ahí está el dolor más sincero. Ella sabe lo que funciona con el público, pero ahí yo reconozco algo íntimo, algo de quien se está desnudando”.

La mirada desde la ventana izquierda del Cafe escuchaba una voz a manera de paisaje audiovisual. Buenas noticias daba una emisora internacional en un perfecto español. Evelio Rosero Diago, decía, ganó el premio que el periódico Independent entrega a la mejor traducción al inglés del año: una voz amable de furioso impacto. Los ejércitos cuentan la historia de destrucción en un pueblo perdido en las montañas por las bandas de soldados, guerrilleros y paramilitares que se enfrentan en la Colombia rural de los últimos años, que no parecen tener ideología sino el interés por mantener unos poderes regionales alimentados por el tráfico de cocaína… Eso decía el locutor cuando salí nuevamente a la calle, huyendo de las cómodas razones de cierto gusto literario inglés, para reivindicar lo bueno de nuestros grandes escritores. Apenas estuve frente a mi biblioteca acudí al único rito que tuve a la mano para descontaminarme, releí un bello trozo del relato de Evelio llamado Un artista:
[...] " no hay pan y no hay leche", le dijo al que entró, y me dijo que le dijo eso como una broma delgada, me dijo eso y rió, radiante, sin dejar de mirarme, yo no sé por qué me miraba, no lo sé, no lo sé, o sí lo sé, sí lo sé, pues fui yo quien entró [...].

Imagen tomada de : http://extramares.files.wordpress.com/2009/03/la-teta-asustada.jpg

29 abr 2009

Escena 2




-¿y qué Fer?
-Quihubo,viejo
-¿Y tu amigo?
-Es jorge, un amigo de Teodula la Mexicana
-Quihubo
-¿Qué van a beber?
-Lo mismo que tu pa´ acompañarte
-Entonces, Tres Esquinas.
-Gracias
-Lo extrañabas por allá.
-¿Cómo?
-Que en esa nevera a la que te fuiste a vivir no conseigues este ron
-Hooombe, claro. Es algo de lo mucho que se extraña al principio y después se borra de la piel, como el agua de mar se te quita cuando te bañas.
-¿Y a qué te dedicas ahora?
-A recoger unas cosas que todavía me quedan por acá
-O sea que no piensas dejar nada que te obligue a volver.
-Los recuerdos, eso jala. Y es suficiente.
-Cuéntame de Teódula
-Cuenta tú, Jorge, que sabes más de ella.
-Pero ¿qué?
-No sé, de sus andanzas.
-Lo último que supe me lo contó Ixca
-¿..?
-Aún sigue recordando a Celedonio, pero ahora anda con tapaboca para que no le peguen eso de la gripa que anda por ahí.
-¿Y las joyas?
-Pos sí, con tanto traqueto y tanta inseguiridad no se las deja ver.
-Mexico y Colombia cada vez se parecen más
-Si. México se perece a todos nosotros.

Foto tomada de: http://www.elespectador.com/

23 abr 2009

Escenas




“Claro que se amontonan las cosas y como pasa mucho de lo mismo no es fácil saber qué ha sido lo diferente. Así entre excesos y manías la brújula de la intuición no sirve para entender el paisaje. Obama, la más reciente de las manías, lleva a curiosear sobre la cumbre de las Américas, ese racimo de presidentes que ha dado este lado de la tierra. A falta de habilidad para encontrar canales de televisión que emitieran el encuentro directo, se dijo: ‘ ya me enteraré por los columnistas críticos que comentan la política mundial’. Pero lo mareó la abrumadora cantidad de información de que se dispone ahora para todo. Un escalofrío cósmico de esos que hace saltar el parpado del ojo izquierdo lo confrontó con la tal economía de la atención en los medios de comunicación hoy. Eso que Bree Nordenson llamó “Overload”. La saturación que encierran tanta noticia simultáneamente y tanto blog y tanto twitter. Se quitó de la mesa del PC para entregarse a la pasividad del cine por DVD. Puso a correr la película Camorra sobre la mafia napolitana basada en el primer libro de Roberto Saviano. Era uno de esos días en que buscaba acción entre las cuatro paredes. Y para eso, nada como rescatar el típico best seller que le regaló alguien que cree en libros interesantes por el riesgo que asume el periodista que difunde los secretos de estos grupos y luego debe esconderse de quines lo acusan de sapo, antes de que actúen contra él. Ver la película para saltarse el libro es la manera de llegar a él si es buena. Pero fue un fiazco, el mérito de la película está fuera de la pantalla: se trata de actores naturales, en los mismo barrios en los que crece silvestre la corrupción y demás alimañas, etc. ‘Pero la verdad’, dijo en voz alta mientras terminaba de verla ‘ es mas divertida la política italiana con su primer ministro Il cavallieri convertido en una vergüenza mundial, ante el manejo que ha dado a los terremotos de su país’.

Ensanchar los pulmones, un café, recapitular sus ideas para darse más ánimo No había campo para nada más en su cabeza. Recorrer la calle fue la alternativa ante la inminente derrota del ánimo, ese era el mejor escenario ‘estar fuera de las 4 paredes’. Midiendo los pasos recordó la ironía de Bastenier. “Contra Bush los bolivarianos vivían mejor” Los escépticos sólo notan un borrón y cuenta nueva en el tablero de las relaciones entre Washington y la región. Otros notan un aire nuevo en la manera de pensar las relaciones, siempre y cuando no se continúe atribuyendo el caos latinoamericano a los victimarios de siempre, España y EE.UU. El libro que Chávez entregó a Obama deja pocas esperanzas.

En fin.

Dobló la esquina que lo llevó a la cafetería. ¡Tan! El mismo despiste e indiferencia con que paseó la mirada por la concurrencia provocó lo que faltaba, apareció el mas presumido de los coleccionistas que ha conocido. Caber, así se llamaba, le habló de una nueva Historia del jazz, premiada, y otro libro sobre Blues, del mismo autor. Se los dejó ver, venían aún en el sobre con el sello adherido de Amazon, recién abierto. Le copió el link al mismo tiempo que alardeaba de ser el primero en descubrir las joyas que lo acompañarían. Regresó corriendo a su apartamento, se agachó a servirse agua del jarrón que tiene al lado de su mesa y como el vaso estaba probablemente con polvo, lo enjuagó con una porción de agua, que luego botó en la matera del lado izquierdo de la ventana. Al abrir la llave, por alguna extraña razón escuchó un sonido extraño, que no era un quejido, pero se le parecía. Se puso a escribir y dejó este archivo para que alguien lo colgara en la red”

Estaba mal impreso en papel de formas continuas que a veces se encuentran bajo las mesas en el Café de Moncho.

Imagen tomada de:
http://www.designobserver.com/archives/entry.html?id=15978

30 mar 2009

Marzo y la luna



De Meira del Mar se sabe mucho en la Costa caribe colombiana. Era la poeta viva de mayor reconocimiento. Murió este marzo que se va ( 1921-2009). La última entrevista que le escuché por ahí, contó apenada que García Marquez le pagaba a un muchacho para que le leyera. Las partes de su obra que conozco me dejan el recuerdo de un poema suyo que colgué aquí el año pasado. Dificil decir en una palabra el valor de su obra. Un regalo del tamaño de una mirada:

Breve

Llegas cuando menos
te recuerdo, cuando
más lejano pareces
de mi vida.
Inesperado como
esas tormentas que se inventa
el viento
un día inmensamente azul.
Luego la lluvia
arrastra sus despojos
y me borra tus huellas.


Selección de poemas suyos en:
http://amediavoz.com/delmar.htm

En la imagen pintura de Alvaro Barrios, de Barranquilla la ciudad donde vivió la poeta.

26 mar 2009

Gesta




De pronto la fiera se cansa y retrocede
De pronto la fiera no quiere ya acechar
al caminante que se ha perdido y está solo
entre los árboles
Algo de hielo o aguas muertas pesa en sus pestañas...
y ni una rama baja que acaricie su espalda
y ni un lugar o sombra en que se tienda

A veces una fiera quiere este silencio:
la luna tendida entre sus ojos


De Rafael del Castillo, en Palabras escuchadas en un café de barrio.


Imagen tomada de: http://bibliodyssey.blogspot.com/

17 mar 2009

Un recorrido



En el letrero se leía Manga-Bazurto, el nombre de la aletargada ruta que a 20 K/h recorría el bus, por su destartalada condición. Entraba al barrio, pasaba por el puerto de las embarcaciones de gran calado y volvía al centro de la ciudad desde donde partía. Era el transporte público para llegar y salir de la isla por el puente Román, en buses de palo con ventanas que para cerrarlas se desamarraba una tela gruesa que se dejaba caer si empezaba a llover. Antes de iniciar su recorrido se estacionaba al lado de la bahía de las ánimas donde estaban las embarcaciones menores que arribaban del Chocó luego de una semana de recorrido. Durante la espera, se veían los negros bajar los plátanos, el guineo, las cajas de gaseosas, los cocos, la madera y las frutas exóticas de ese comercio diario entre el Chocó y Cartagena. Las tablas que hacían de escalera de embarque se torcían pero aguantaban el peso con la misma tenacidad de quienes descargaban. Con tonadas irreconocibles se animaban entre ellos. Arrancaba por fin el bus y la canícula se refrescaba, para calentarse de nuevo a los dos minutos, pero esta vez por el ritmo que tenía la Media Luna, el sitio de los bares en el Centro de la ciudad. La flauta de Johny Pacheco y el grito de “acuyeye”, saludaban a todo volumen a los impasibles pasajeros que curioseábamos la fuerza del desahogo por el sofocante trabajo en esa bahía mezclada con la marginalidad del hampa, reconocible desde la ventana de estos buses, hecha forma en la pareja de siempre que se entregaba a la música. A esa que después llamarían salsa, pero que tenía su hogar allí donde ha nacido tanto de lo que después llega a los conservatorios o los museos. Ah!. El descubrimiento del desenfreno Caribe en la música que venía del norte, de Puerto Rico y Nueva York. Los reyes de la conga y el guiro, mi hermano, decía siempre Moncho cuando nos contaba todo lo que allí pasaba, porque esos no eran sitios para los menores de edad. Hoy con algunos amigos nos preguntamos que pasó con la salsa y por qué no evolucionó sino que se plegó a ese esperpento del latinjazz, que no es ni lo uno ni lo otro. Quizá porque perdió el motor de lo popular. La alegría que producía ver a los niños ante el piano imaginado haciendo algún sólo de piano de Richie Ray, ante el transistor que muy pocas veces dejaba oír su sonido bestial. Eran los setenta cuando estalló la salsa y en las embarcaciones llegaba la música sin que a eso le llamaran globalización. Sin Internet. Si no se ha acabado la música antigua y hay amantes del barroco, no creo que se acabe la salsa. Pero ahora respira artificialmente en los lugares de baile de quienes son apenas buenos cultivadores de una época en que la calidad musical de los interpretes era cuestión de supervivencia. El espacio que dejó lo ocupan el regetón y el vallenato, que son apenas variables de la industria musical y no la respiración musical del caribe. Fue en uno de esos buses que escuché por primera vez la cita de Bioy Casares: “Atribuimos los infortunios de este mundo a los grandes malvados porque subestimamos la estupidez”.

6 mar 2009

Lila



Pensaba en el último post y en la serenidad de ese poema que fue de los últimos que escribió Silvia Plath antes de suicidarse. En cómo se puede tener tanta tranquilidad en momentos así. Qué mujer.

Por eso no desaprovecho oportunidad para apostarle a los momentos de alegría con ellas. Pedirles que reciban los espasmos de generosidad que tenemos los hombres, que por torpeza volvemos inútiles o ingenuos -a la hora de resolver los problemas de convivencia. Sé que algunas quizá vean en este intento un resbalón machista. Y lo reconozco inevitable. Está entre lo mas alegre la espontaneidad de lo popular, en su parte acogedora. Recurrir a lo que más claramente nos define, la cultura popular dibujada en canciones y películas, en las telenovelas, las rancheras y demás espectáculos, que nos hacen únicos en medio de la multitud. Somos así y presumimos ser los únicos en entenderlo. Es ese Aire de familia del que habla Monsivais.


Por eso, también, para este fin de semana en que se celebra el día internacional de la mujer, vale colgar la letra de una canción en la que dos populares Don Juanes de la música tan distintos y de orillas contrarias hacen una de esas apologías tan propia, y por eso tan deliciosa. Nada como cantarle a ellas:


Felicidades
Por habernos roto el corazón en mil pedazos
Felicidades
Por jugar al juego del amor y hacernos daño

Felicidades
Por jugar con nuestro orgullo con tanta frialdad
Felicidades
Porque solo una mirada vuestra nos hace soñar

Copa a copa, mano a mano,
Este brindis va por ellas
Nos hicieron sus esclavos
Y nos gustan sus cadenas

Seguiremos adelante
Contra el viento y la marea
Que el dolor de sus desaires
Hiere menos que perdelas

Felicidades
Por hacer del hombre el triste rey de los payasos
Felicidades
Por robarnos la palabra, la razón, y enamorarnos

Felicidades
Porque nos quitais el sueño, la calma y la paz
Felicidades
Porque cuano no estais cerca, vivir es llorar

Copa a copa, mano a mano,
Este brindis va por ellas
Nos hicieron sus esclavos
Y nos gustan sus cadenas

Seguiremos adelante
Contra el viento y la marea
Que el dolor de sus desaires
Hiere menos que perdelas


Foto tomada de: http://www.moonstruckrecords.com/img/artist/lila_downs_full.jpg

25 feb 2009

Al borde



Ariel es uno de los grandes satélites del planeta Urano atrapado por los astronomos desde 1851. También es el espíritu sobrenatural que encuentra la manera de recuperar su libertad en La Tempestad, obra de quien es considerado el centro del canon occidental. Junto con Arisbe (Ariel y Arisbe) le dieron nombre a un libro de Fernando Zalamea que se subtitula: Evolución y evaluación del concepto de América Latina en el siglo XX. Páginas en las que se escarba en las tres raices de lo occidental: eurocentrismo, cientificismo y determinismo en cuanto a la forma de desarrollo cultural y económico. Materiales que a lo mejor sean la capa reflactante de mercurio que mañana haga de espejo que nos ayude a avanzar para no seguir pareciéndonos al caos. Para dejar atrás esa versión chambona y artesanal de una izquierda barata de los años 70, y una derecha miope que no sabe darle forma al rio-sueño de America Latina formado por esas gotas de agua llamadas Rodó, Lezama Lima, Carpentier, José Luis Romero, Octavio Paz, Martinez Estrada, Francisco Romero, Picón Salas y Rafael Gutierrez Girardot, entre otroas. Es de esa América Latina de la que uno quisiera escuchar hablar. No más esa citadera de Bolivar.

Y luego de soportar tannto nombre alrededor de uno sólo, dejo un poema, el último del libro Ariel de una mujer que de lejos se parece a ella.

Al Borde

La mujer a la perfección
Su muerte

El cuerpo sonríe de satisfacción
La ilusión de la necesidad griega

Fluye en el rollo de su toga
Su desnudez

Los pies parecen decir
LLegamos lejos, se acabó.

Cada ovillo de niño muerto, una serpiente blanca.
Una para cada uno.

Cántaro de leche, ahora vacio
Ella los incorpora

Los trae a su cuerpo como pétalos de una
rosa que se cierra cuando en el jardín

Sangra dureza y fragancia
Desde la dulce y profunda garganta de la flor nocturna.

La luna no tiene por qué estar triste
Con esa mirada fija bajo la capucha de su desnudez.

Está acostumbrada a esta clase de cosas
Su negro crujido y su aburrimiento.

Silvia Plath

Foto tomada de http://www.slate.com/id/2110754/ y traducción de Caborca

18 feb 2009

En la esquina con Roberto Burgos




En Lo amador la gente habla para escucharse para llevar el ritmo de la vida evitar el silencio sentir la música de lo que se dice armar el mundo en un dos por tres mientras se piensa se habla y se va consintiendo el oído así en la esquina el amigo oye y oye mientras se habla no importa el asunto De tanto hablar va saliendo algo algo va pasando con lo que uno tiene dentro y depronto sale una idea pero no hay que ponerle tanta tiza el asunto es mas rápido y mas trivial (esa palabra no es mia me la encontré ayer en una buseta, me gustó y luego pregunté su significado) y así uno habla pa que lo entiendan, pa poder escucharse y pa que otro oiga. En Lo amador los nombres de las calles se conocen porque algún conocido vive allí, por eso se reconocen, no es como en Manga que cada calle tiene un nombre pomposo..tirando lengua mi vale, tirando lengua uno se acompaña, no como los cachacos que se le pasan callados pensando 20 veces lo que van a decir, nojoda, eso es mucho aguante.

Bueno, y claro, contento con el premio al último libro de Roberto Burgos

29 ene 2009

...

Este enero lo visito sólo para despedirme de él y empezar el año. Los eneros son siempre tan ilusorios, tienen el peso de los años, algo así como mensajeros del número que sigue en la existencia, el comienzo del calendario de las repeticiones. En enero se prepara uno para organizar algo que hacer por uno y por los demás, así que a veces cuesta mucho trabajo escribir en enero. Todo lo anterior lo pensé como una justificación de la pereza que a veces lo invade a uno espiritualmente. Escribir es estar despierto y así lo piensa uno cuando escribe al aire como aquí.