5 nov 2008

Otro día


Algunos radicales de pensamiento no se dan el lujo de alegrarse porque un negro llegó a la presidencia de los Estados Unidos. Yo sí me alegro. Aunque sé que es sólo un paso más, tendrá repercusiones simbólicas muy importantes para la democracia y el movimiento afro.

Pienso en el soplo de fuerza que recibirán los negros cartageneros, para que no se sientan siempre perdedores. Para que estos bellos poemas queden sólo en la historia de la literatura:


Cuando yo vine a este mundo,
nadie me estaba esperando;
así mi dolor profundo
se me alivia caminando,
pues cuando vine a este mundo,
te digo,
nadie me estaba esperando.

Nicolás Guillén

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno, pues yo también me alegro y me uno a su regocijo. El aire que se respira en el país, al margen de los conceptos de raza o partido político del vencedor, es el de la importancia de que los estados costeros vencieron a los del centro y de que por primera vez en muchos años los gringos han tomado una decisión "acertada" a la hora de orientar sus destinos. La crisis es terrible y ya la gente comienza a guardar la plata bajo el colchón. Tremendo reto tendrá el presidente, sea negro, marciano de ascendencia o liberal por convicción. Amanecerá y veremos, dijo el ciego.