-La interrogación sólo enmudece ente el amor
"¿Para qué amar?" es la única pregunta imposible.
-El amor no es misterio, sino el lugar donde el misterio se disuelve.
De Nicolas Gómez Dávila, en : Escolios a un Texto implícito. Villegas Editores. 2001.
5 comentarios:
Qué bien escogidos, caborca. Me encanta sobre todo el segundo: de ahí que la experiencia amorosa se parezca tanto a la experiencia mística. Intento recordar un verso de Juan Eduardo Cirlot que recordé leyendo esta entrada, que creo que es algo así como "Te estuve buscando fuera/ y siempre has estado dentro". Prometo futura corrección, pero en eso el misterio siempre ha sido inamovible: en cuanto a seres amorosos, siempre hemos cargado con el misterio dentro, si bien la solución al enigma siempre está en otra parte.
Saludos
"Nunca te encontraré porque el encuentro/
habría de ser fuera y estás dentro".
Juan Eduardo Cirlot, "La quête de Bronwyn".
Ya sabía yo que no lo estaba recordando puntualmente.
Saludos,
Camilo
Y también un lugar inóspito en la conciencia.
Para qué preguntar si el cuerpo mismo a un@ por dentro le está dando toda la información necesaria, verdad?? Gracias por la reflexión.
Hay un poema de un poeta chileno llamado Gonzalo Rojas que va por esos lados:
¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida
o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué
es eso: amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes,
o este sol colorado que es mi sangre furiosa
cuando entro en ella hasta las últimas raíces?
¿O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer
ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo,
repartido en estrellas de hermosura, en partículas fugaces
de eternidad visible?
Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra
de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar
trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,
a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.
Saludos,
RF
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