3 ago 2009

El pulpo, la araña, tu sabana grande…



Caminando por Caracas la gente me saludaba y andaba, silbaba y cantaba Moncho, mi amigo, con algo de esa melancolía de Piero, quizá añorando esa ciudad antes tranquila que hoy apenas puede revivir, me dice, en el blog Caracas chronicle.

Luego de dos tintos en una mesa coja, cuando la charla ya se había enredado en ese ir y venir de las conversaciones, puntualizó: Está bien, no discutamos si será un abrazo del oso la ceremonia de entrega del prestigioso premio de literatura Rómulo Gallego, ¿Por qué lo dices? le pregunté. Porque creo que los premios los hacen los premiados. Mira esto -y sacó de su maletín una revista y la puso entre los dos para ir llevando con el índice la velocidad con que leía: “Si el lector quiere adormecerse en una melopea de palabras bonitas y soñar con mundos perdidos, estará en su elemento. Por el contrario, el que busque una historia llena de suspense o una interpretación de la realidad surgida de la reflexión intelectual, saldrá de esta selva bastante desencantado”. Se refería a la novela El Pais de la canela de William Ospeina. Voltié las revista para saber dónde había sido publicada la reseña. Es la Malpensante, escrita por Luis H Aristizabal. Me dijo enseguida. En el último número, el 99, y se titula “¿Es esto una novela?”.

Era la misma impresión que siempre he tenido de los textos de William Ospina. Leí el final: “Por mi parte esta reseña – del País de la Canela-, vale para Ursua y para el (libro) que todavía no está escrito”. Hoy enterándome de la tragedia política que nos envuelve no me asombra lo que dijo Ospina al recibir el premio, y que anticipó Aristizabal, de lo bonito que es el español y deplorar la conquista en el mismo idioma de los conquistadores, enriquecido por 500 años de vida en América. ¡¡Vea usté!!


Imagen de Rómulo Gallegos Tomada de: http://www.latinamericanstudies.org/venezuela/romulo-gallegos.jpg

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